La Junta autoriza a combatir la plaga del mosquito en el paraje del Guadalhorce

La Junta autoriza a combatir la plaga del mosquito en el paraje del Guadalhorce

La Junta de Andalucía ha autorizado al Ayuntamiento de Málaga a combatir por primera vez una plaga de mosquitos en el mismo paraje natural de la desembocadura del río Guadalhorce. Además, la Delegación Provincial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio ha pedido permiso a la Demarcación de Costas para poder retirar la barra de arena que se ha formado en la margen derecha y que ha provocado un aumento del nivel de agua de las lagunas, donde se ha producido el boom del insecto en los últimos días.

La empresa Athisa Medio Ambiente, a la que el Área de Sostenibilidad Medioambiental le adjudicó el servicio de control de plagas en la ciudad, tiene intención de aplicar el tratamientos insecticida en la zona hoy mismo después de que ayer los técnicos ya hicieran un muestreo en la zona para determinar el alcance de esta nueva plaga que ha provocado desde el pasado viernes numerosas quejas de los vecinos de Sacaba Beach, Parque Litoral y Guadalmar.

Esa primera inspección ha permitido constatar, según explicaron los operarios de Athisa ayer a este periódico, la presencia en el paraje de numerosos adultos de la especie ochlerotatus caspius, una de las más habituales en la zona, que durante el día se refugian en la densa vegetación del paraje natural y al atardecer se expanden por las urbanizaciones cercanas provocando dolorosas picaduras . Sin embargo, el número de larvas detectadas en la primera inspección en las lagunas no ha sido tan abundante como cabría esperar.

Aún así, la idea es usar el mismo tratamiento insecticida que se aplica periódicamente en los dos aliviaderos de aguas pluviales de ambas márgenes del río que vierten al mar y que consiste en aplicar pastillas efervescentes de un producto insecticida poco tóxico en los restos de agua, que ataca a las larvas y que resulta más eficaz a la hora de dispersarse.

La otra actuación para combatir la segunda plaga de mosquitos que sufre esta zona en lo que va de año consistirá en retirar la barra de arena que el viento de levante que ha predominado en el mar en las últimas semanas ha ido formando en la margen derecha de la desembocadura del río y que ha hecho que suba el nivel de agua de las lagunas por no tener salida hacia el mar. La consecuencia, según dijo el director de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Málaga, Luis Medina-Montoya, es que «podría haber favorecido que se hidraten los huevos de mosquitos allí depositados y que eclosionen las larvas en los últimos días».

El Consistorio malagueño, en el escrito que remitió a la Delegación Provincial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio la semana pasada, también le instó a que acometiera la retirada de la arena, posible razón de la nueva plaga. La Junta de Andalucía se ha movido ya para pedir autorización a la Demarcación de Costas, que no pondrá inconveniente si bien será el Gobierno autonómico quien tenga que asumir la tarea por tratarse de un espacio protegido.

Las quejas vecinales recibidas por el Ayuntamiento ya hicieron saltar las alarmas por el aumento de picaduras de mosquitos a finales de mayo en Sacaba Beach, Parque Litoral y Guadalmar. Ocurrió lo mismo en el otoño pasado después de que en septiembre y octubre lloviera también con intensidad, caldo de cultivo perfecto para los mosquitos que hizo, junto a las altas temperaturas, que el año pasado se alargara la campaña de tratamiento de plagas hasta diciembre, dos meses más de lo normal.

Aunque en un primer momento se pensó que podría tratarse del mosquito tigre, los análisis de las muestras de agua con huevos y larvas de mosquitos recogidas a ambas márgenes de la desembocadura del río Guadalhorce concluyeron que ninguno de ellos pertenecía a la temida especie.

Además, se determinó que ese episodio de picaduras correspondió a «una explosión puntual» de las especies Ochlerotatus caspius y Ochlerotatus detritus, cuya particularidad es que son marrones, tienen algunas manchas claras, son picadoras diurnas y sus picaduras pueden dar algo más de reacción que las habituales.

 

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