Los pesticidas agrícolas podrían estar ligados al autismo

Los pesticidas agrícolas podrían estar ligados al autismo

Una zona agrícola es, en teoría, un lugar ideal para gestar y criar a un hijo. Pero la habitualmente contaminada ciudad podría ser mejor en lo que se refiere a riesgo de trastornos del desarrollo, según un estudio llevado a cabo por investigadores del UC David MIDN Institute (en EEUU) que ha demostrado una asociación entre exposición a pesticidas agrícolas en el embarazo y un mayor riesgo de tener hijos con un trastorno del espectro autista u otros retrasos del desarrollo.

Aunque no se ha podido demostrar una relación causal, los datos dejan lugar a pocas dudas, ya que en California, región donde se ha llevado a cabo la investigación, es obligatorio declarar el uso de este tipo de pesticidas siempre que sea con fines comerciales y detallar además el tipo de sustancia, la cantidad y el lugar exacto donde se aplica.

Los investigadores dirigidos por Irva Hert-Picciotto, compararon estos datos con el lugar de residencia de aproximadamente 1.000 participantes de otro gran estudio que busca explicar las causas del autismo, el estudio CHARGE. El trabajo, publicado en la revista de los Institutos Nacionales de la Salud de EEUU Environmental Health Perspectives, examinó las asociaciones entre la exposición a distintas clases de pesticidas muy utilizados, como los órganofosfatados, los piretroides y los carbamatos y la presencia en las familias de hijos con autismo u otras patologías asociadas a un retraso en el desarrollo.

Los resultados demostraron que la exposición a estas sustancias incrementaba en dos tercios el riesgo de tener un hijo con este tipo de patologías y que el grado de asociación era más fuerte si la exposición se había dado durante el segundo o tercer trimestre de embarazo.

Entre los pesticidas utilizados en las granjas y plantaciones analizadas, se encontraron 21 compuestos químicos, siendo los más usados los pertenecientes a los órganofosfatados. Según explica Hert-Picciotto, el suyo es el tercer trabajo que asocia este tipo de sustancias a los trastornos del espectro autista.

«Creo que es un buen momento para que la gente tome decisiones a nivel individual y que sepan si les merece la pena aceptar o no las exposiciones a este tipo de sustancias, a las que se puede acceder en los registros», subraya la investigadora, que declara que ella misma ha optado por una «aproximación más orgánica», que le hace no utilizar ningún pesticida químico, aunque le cueste «más días» librarse de algunas plagas.

Sin embargo, la investigadora reconoce que es imposible eliminar completamente la exposición a este tipo de sustancias, por lo que sugiere no solo que las madres gestantes consuman vitaminas para reducir sus riesgos, sino que se establezca «un diálogo tanto a nivel social como individual» sobre cómo se puede disminuir dicha tendencia.

Fuente: ELMUNDO

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