Dispersión de insectos, clave para controlar plagas

Dispersión de insectos, clave para controlar plagas

El análisis de la dispersión es necesario para comprender la estructura, la dinámica y la evolución de las poblaciones de insectos y sirve como modelo para desarrollar estrategias de manejo exitosas.

Las características del paisaje y la habilidad de dispersión de los organismos son claves para entender la dinámica de las poblaciones fragmentadas y la interacción entre especies de insectos.

“En mi investigación estudio las características del vuelo de los insectos y su relación con el paisaje para determinar su área de dispersión. Estoy trabajando con molinos de vuelo de insectos, una herramienta que me permite medir la capacidad de vuelo, y con un software anoto todo lo que sucede”, afirma María Laura Pedemonte, bióloga y PhD (c) en Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina), conferencista invitada a las charlas de los Jueves de la  biodiversidad del Instituto de Ciencias Naturales (ICN).

Esta investigación no solo permitirá suministrar información sobre estrategias y planes de manejo en insectos, sino también para determinar por qué los insectos que migran de su hábitat logran establecerse en otros.

Asimismo, entender las causas y las consecuencias de la dispersión resulta fundamental para establecer planes de manejo y permite predecir la respuesta poblacional a los cambios en el ambiente.

Dispersión de insectos

Con la disminución en la cantidad de recursos y el aumento de la densidad de los miembros de un hábitat, aumenta la presión por la competencia de recursos y esto motiva al insecto a desplazarse hacia otro “parche”.

Asimismo, en la medida en que el hábitat sea más pequeño, mayor será la probabilidad de que el insecto escape, y al encontrar otros hábitats amigables, mayor será el tiempo de su permanencia allí.

Según la investigadora, cualquier movimiento entre parches de hábitats se considera una dispersión, y consta de tres etapas: cuando el insecto decide dejar el parche actual donde vive, el movimiento entre parches de hábitat y finalmente el ingreso y permanencia en otro parche.

Por otra parte, los hábitats cercanos y grandes permiten recibir más individuos; sin embargo, cuando son alejados favorecen la disminución de predadores que no logran encontrar el hábitat gracias a la disminución de la percepción de señales químicas y visuales.

Ecología del paisaje

Para la investigadora, la estructura de los paisajes también afecta la abundancia y la distribución de los organismos y el tipo de parche influye en el movimiento.

“La interacción del movimiento del insecto y la estructura del paisaje, determinan su habilidad para moverse, lo que se traduce en la conectividad (tasa de movimiento). Este es el grado por el cual el paisaje facilita o dificulta el movimiento entre parches”, concluye Pedemonte.

Asimismo, si la concentración de recursos es alta y el riesgo de daño o muerte por estrés fisiológico o por predación es menor, el insecto se quedará más tiempo en el nuevo hábitat.

Finalmente, la especialista busca encontrar una relación positiva entre la conectividad del paisaje y la abundancia de insectos. Esto significa que un ambiente que permita migraciones permitirá más dispersiones.

Fuente: agenciadenoticias.unal.edu.co

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