El veneno de araña, perfecto para fabricar pesticidas

El veneno de araña, perfecto para fabricar pesticidas

Las plagas son un desafío constante para los agricultores. Meses de de duro trabajo pueden evaporarse en un segundo cuando los insectos invaden una plantación. Los insecticidas sintéticos pueden parecer la solución, pero a menudo afectan a otros animales. Ahora, un estudio publicado en Proceedings of the Royal Society B ofrece una esperanza para el futuro: un veneno biológico que elimina solo a los bichos malos. El nuevo pesticida, fabricado a partir del veneno de una araña, ataca las plagas más habituales en agricultura, pero no daña a las abejas.

Podría no parecer para tanto, pero las abejas son polinizadores fundamentales y su población está disminuyendo en todo el mundo. Todavía hay mucho debate sobre las causas de su desaparición y sobre el llamado problema de colapso de colonias, pero los pesticidas convencionales parecen haber jugado un papel fundamental en el aumento de su mortalidad. Las toxinas conocidas como neonicotinoides, de hecho, ya han sido prohibidas en la Unión Europea debido a sus efectos nocivos para las abejas.

El compuesto fundamental del nuevo pesticida es el veneno de una araña australiana, la Hadronyche versuta, un excelente candidato para este tipo de sustancias, pues su objetivo principal es, justamente, acabar con los insectos, como señala Elaine Fitches, coautora del estudio.

El veneno contiene péptidos, que difieren en sus efectos y objetivos.

Para fabricar el biopesticida, los expertos crearon una proteína de fusión combinando estos péptidos con un tipo de proteína llamada lectina procedente de las plantas de las campanillas de invierno.

Normalmente, los péptidos irían desapareciendo en el intestino del insecto, pero la lectina hace que el veneno llegue al sistema nervioso central, donde el efecto es mortal.

El equipo probó el nuevo pesticida en varias plagas comunes, comprobando que interrumpía la transmisión nerviosa y causaba parálisis.

Sin embargo, los resultados fueron muy distintos cuando lo probaron con las abejas apis mellifera mellifera, pues solamente resultó nocivo en dosis muy elevadas. En dosis más reducidas, las que normalmente encontrarían en las plantaciones, no registraron este tipo de efectos.

Muchos han recibido los resultados como una gran noticia para el sector, pues insisten en que los gobiernos deben desarrollar pesticidas específicos para plagas concretas. Además, es muy beneficioso para el medio ambiente, pues el pesticida se degradaría rápidamente y no tendría efectos a largo plazo.

Aun así, es necesario seguir investigando para garantizar la seguridad del producto, especialmente en cuanto a las consecuencias para otros insectos como avispas y abejorros.

Fuente: dcerca.es

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