Las chumberas desaparecen en Málaga y el precio de sus frutos se duplica

Las chumberas desaparecen en Málaga y el precio de sus frutos se duplica

Las chumberas van camino de desaparecer del paisaje de la provincia. En apenas tres años sus pencas han quedado casi reducidas a la nada, hasta el punto de que en la mayoría de los lugares que antes ocupaban ya no queda ningún vestigio o a lo sumo un amasijo de pencas secas blanquecinas que hablan por sí solas del importante deterioro que ha sufrido esta especie. Los causantes son sendos insectos conocidos como ‘Dactylopius Opuntiae’ y ‘Dactylopius Coccus’, popularmente denominados como ‘cochinilla del carmín’. La falta de tratamiento ha terminado por convertir a la cochinilla en una plaga. Cubren de blanco las pencas hasta acabar con la planta. Se alimentan de su savia y las seca. Su presencia no era ninguna novedad, sin embargo la dejadez de los dueños a la hora de tratarlas ha terminado por pasarles factura.

La consecuencia más inmediata es que cada vez hay menos higos chumbos que lleven el sello de ‘made in Málaga’. Su escasez es tal que quienes se ganan la vida comerciando con ellos los meses de verano en Málaga, están teniendo que trasladarse a otras provincias andaluzas como Granada, Córdoba o Sevilla para hacerse con los chumbos. Así las cosas, el precio de este fruto tan veraniego ha terminado por duplicarse en apenas dos años, alcanzando este verano hasta los tres euros el kilo para los agricultores que todavía cuentan en sus parcelas con chumberas en producción. La cotización se rebaja si quienes los que los venden son personas que recorren los caminos y veredas de Andalucía en busca del preciado fruto.

 

Así en los mercados de la provincia se pueden encontrar chumbos de Málaga desde los 2,20 hasta los cinco euros el kilo, y por debajo de los dos euros si proceden de otras provincias. Si los quiere pelados, en la capital hay puestos callejeros en los que se ofrecen a cinco por un euro. Este es el caso de Antonia, que asegura que tiene que trasladarse a Granada cada día en busca de chumbos porque en Málaga ya los que quedan están más que contados.

Carlos Márquez es un agricultor de Sayalonga que tiene la suerte de contar con un «moño» de chumberas que su familia se ha preocupado de cuidar en una parcela de su propiedad. «No las cultivamos para vender. Es para consumo familiar, pero dan más producción de la que podemos consumir y cada año llevamos al mercado unos 300 kilos», explica.

Según Márquez, esta campaña le han llegado a pagar hasta tres euros por kilo, lo que significa que los consumidores están pagando más de cuatro euros por un kilo como mínimo. «Nunca hemos visto estos precios, es la primera vez que nos están ofreciendo estas cotizaciones», asegura.

Noticia: diariosur.es

No Comments

Post A Comment