Los hongos dañan 1.000 libros de la Biblioteca Histórica Municipal

Los hongos dañan 1.000 libros de la Biblioteca Histórica Municipal

La inundación de los depósitos de la Biblioteca Conde Duque, a raíz de una tormenta del 23 de junio, ha provocado la aparición de una plaga de hongo negro que ha dañado alrededor de mil libros. “Esta pérdida es un episodio más en la historia de desastres de esta biblioteca”, afirma el archivero y delegado de Comisiones Obreras, Ignacio Gómez.

Las inundaciones se han sucedido con regularidad en la Biblioteca Conde Duque desde que se reformó hace tres años, según informa CC OO. Sin embargo, la última tromba de agua provocó un grave daño en sus fondos: las goteras, la humedad y la aparición de una plaga de hongo negro dañaron alrededor de mil libros de la Biblioteca Histórica. La mayoría pertenecía al siglo XX, pero había algunas obras del siglo XVI y XVII, como adelantó el periódico Madridiario.

“Ha sido una gran pérdida, pero el daño hubiera sido irreparable si la plaga llega a afectar a las joyas de la corona”, explica Ignacio Gómez en referencia a los fondos de música y teatro del Siglo de Oro que posee el archivo y que son “los mayores a escala estatal”. Los trabajadores salvaron estos volúmenes —entre los que se incluyen tonadillas de antiguos teatros como el de La Cruz o el del Príncipe— al sacarlos a tiempo de las dependencias inundadas. Fuentes del área de Cultura del Ayuntamiento han precisado que sacaron todas las obras en cuanto se detectó la inundación, causada por un problema en la estructura del edificio.

Ahora, todos los fondos se han retirado de los depósitos afectados y se han distribuido por las salas superiores del edificio.

La Biblioteca Histórica está especializada en obras relacionadas con Madrid, bien sobre la historia de la región o sobre sus escritores oriundos. “Estos ejemplares que han sido estropeados forman parte del patrimonio cultural de la ciudad y de todos los madrileños”, razona Gómez. Para minimizar los daños por humedad y hongos de las obras, los técnicos utilizan ventiladores, colocan papel secante especial entre las páginas e incluso los meten en congeladores para detener el deterioro. “Están aplicando medidas de estar por casa, porque la biblioteca no tiene los medios suficientes para hacer una reparación como es debido”, describe este archivero.

Noticia:El País

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