09 Nov Málaga ante la invasión imparable
Las cotorras, en su variedad argentina y de Kramer, son la cara más visible de un fenómeno, el de las especies animales y vegetales invasoras, que va a más en Málaga, en parte por la imprudencia de los ciudadanos; en parte por el auge del comercio internacional. Pero estas dos aves no son ni mucho menos las únicas que están produciendo problemas en los ecosistemas de la provincia. El catálogo de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta y del Ministerio de Medio Ambiente contiene advertencias sobre centenares de seres vivos foráneos que ya se han asentado en el territorio y, sobre otros que empiezan a apuntar como futuras amenazas. Estas son algunas de las principales:
Tejedor amarillo:
También llamado «obispo coronigualdo», vive en África, al sur del Sahara. Se le reconoce porque en la estación de cría los machos adoptan un plumaje de color negro y amarillo muy vistoso. Está poblando los ríos y marismas. Tiene un alto potencial colonizador y constituye una amenaza grave para las especies autóctonas, los hábitats y los ecosistemas, por lo que se ha incluido en el Catálogo Español de Especies exóticas Invasoras, y está prohibida su introducción en el medio natural, posesión, transporte, tráfico y comercio.
Estrilda carita de naranja:
Han llegado como aves domésticas, de pajarera, pero algunos se han establecido ya en el medio natural y Málaga figura entre sus nuevos hábitats. Por ello, también están consideradas especies invasoras.
Galápago de Florida (de orejas rojas) y los de orejas amarillas:
Están ampliamente extendidos y asentados, desde que en los 90 se liberaron masivamente por parte de ciudadanos que las habían comprado como mascotas. Ahora son un problema grave, ya que compiten por el territorio con las especies autóctonas.
Tortuga mapa del Mississipi:
Como en el caso anterior, es un animal procedente de América que se ha vendido como mascota y comienza a verse en espacios naturales.
Tortuga mordedora americana:
Es un caso extremo, ya que consume todo tipo de presas y es capaz de superar los 50 kilos y convertirse en un animal peligroso por su agresividad. Se han encontrado ya en varios puntos de España ejemplares de grandes dimensiones.
Tortuga de caparazón blando:
Es un reptil carnívoro, y como en los casos anteriores ya se ha observado en libertad y amenaza a los galápagos autóctonos.
Carpa:
De las peceras de miles de hogares, las carpas han dado el salto a embalses, lagos y ríos, hasta el punto de poner en peligro el equilibrio ecológico. Debido a su potencial invasor o la susceptibilidad de convertirse en una amenaza grave por competir con las especies silvestres autóctonas, alterar su pureza genética o los equilibrios ecológicos, esta especie ha sido incluida en el Catálogo.
Las amenazas que vienen
Mapache:
El simpático mamífero de origen americano comenzó a venderse como animal de compañía en España a principios de la década del 2000, y ya está ampliamente localizado en libertad, sobre todo en Madrid. En Andalucía se ha detectado en el entorno del parque nacional de Doñana. Como especie invasora tiene un efecto desastroso sobre el ecosistema, pues se adapta perfectamente a su nuevo ambiente, donde ocupa los nichos ecológicos de la fauna autóctona, como nutrias, garduñas o zorros, y además arrasa con las cosechas, huertas, viñas y maizales.
Caracoles gigantes:
De origen africano, son el molusco terrestre más grande del mundo, y llegan a medir hasta 30 centímetros de largo y ocho de alto. La Unión Internacional para laConservación de la Naturaleza (UICN) los ha incluido entre las 100 especias exóticas invasoras más dañinas del planeta. Ahora se han puesto de moda como animales domésticos y en Málaga se están vendiendo, además son muy baratos. Con su tamaño, en caso de llegar a la naturaleza estos caracoles son capaces de arrasar cultivos extensos, en especial de hortalizas.
Fuente: diariosur.es
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