Mallorca contra sus 7 plagas

Mallorca contra sus 7 plagas

la Mallorca de la saturación y a la que todo el mundo quiere venir se le han colado en la última década varios visitantes tan incómodos como peligrosos para el entorno. No se les cobra la ecotasa y, aunque no son ajenos a la estacionalidad, han venido para quedarse. Ahora, está por ver si lo consiguen. Son las plagas que afectan la isla y que amenazan sus paisajes. Aunque son decenas las que se conocen, por su impacto y la alarma que generan, siete centran la atención de autoridades investigadores. A viejos conocidos como la procesionaria, se le suman otras como el picudo rojo, el banyarriquer, la oruga paysandisia y la avispa asiática. La proliferación de serpientes de herradura en los últimos meses y la propagación de la plaga que más preocupa a Europa, la Xylella, abren nuevos frentes en el campo balear.

Sólo esta última, la Xylella fastidiosa afecta a decenas de especies vegetales. Desde olivos o almendros hasta plantas como las polígalas o el romero. Motivo por el que es la que más preocupa, además de por las drásticas medidas que prevé Europa.

El resto de las plagas vegetales son más selectas: mientras el picudo y la paysandisia diezman las palmeras garballons -palmitos- de la isla, el banyarriquer se ceba con la encina. La avispa asiática devora a las abejas autóctonas poniendo en peligro la polinización de los campos y la serpiente de herradura se cuela en casas particulares en busca de comida.

Se propagan por distintas zonas, su control trae de cabeza a la administración en unos casos más que otros y la respuesta es diferente a cada una. Solo son las principales: mapaches, escolítidos y una larga lista vienen también a la cabeza de los responsables de combatirlas.

Estas son ahora las siete plagas que combate Mallorca. Especies que han entrado sin avisar y que ahora amenazan el campo de la isla.

01 Procesionaria: El eterno enemigo de los pinos

Es fácil verlas en procesión o en sus bolsas en los pinos. La oruga procesionaria es la larva de la mariposa Thaumetopoea pityocampa y lleva décadas en las islas. En la última década se ha ido propagando alcanzando la totalidad del archipiélago y recibiendo la consideración de plaga. Ataca a los pinares y es peligroso el contacto con ellas, especialmente para los perros. Sin embargo, pese a su visibilidad y a los esfuerzos que en los últimos años ha dedicado la administración para mitigarla, incluso con polémicas fumigaciones aéreas, ahora no es la que más preocupa. Según explican desde el área de Sanidad Forestal del Govern, responsable de su control, la procesionaria debilita a los pinospero no los mata. Se trata de un insecto defoliador -que se alimenta de las hojas- pero no afecta a los órganos vitales de la planta. Lo que puede acabar de matar a los pinos son otras afecciones que puedan aprovechar su débil estado.

 

02 Picudo rojo: 12.000 palmeras muertas en una década

Este escarabajo, llamado científicamente Rhynchophorus ferrugineus, llegó a Mallorca procedente de Egipto con la importación de palmeras por el boom de la construcción. En una década, su balance es letal: ha matado casi 12.000 palmeras en la isla. Concretamente, 11.705, según los datos que maneja el servicio de Sanidad Vegetal de la conselleria de Medio Ambiente. Desde que se localizó en una palmera en sa Ràpita, en Campos, en 2016 centró todos los recursos. Su rápida propagación y la ausencia de enemigos naturales en la isla, elevaron las cifras en apenas cinco años, de una docena en 2006, a más de un millar en 2011. El escarabajo perfora la palmera, se instala en su interior y acaba con ella. Según explica el jefe de servicio de Sanidad Vegetal, está presente por toda la isla pero su impacto es cada vez menor. Ahora ya hay tratamientos preventivos pero no todo el que tiene una palmera está dispuesto a pagarlo.

 

03 Paysandisia: En 20 años podría acabar con el ‘garballó’

La mariposa Paysandisia archon perfora las hojas más jóvenes del garballó -palmito-, deposita sus huevos y las larvas, al nacer, hacen el resto del trabajo. Devoran las hojas y luego atacan al cogollo hasta matar al árbol antes de hacerse crisálida. Se detectó por primera vez en los jardines del Hotel Formentor, en el Cap de Formentor de Pollença. Desde el Govern se ha llegado a calcular que por su propagación, en menos de 25 años podría desaparecer el garballó. Tras su primera detección se encontró en los dos extremos de la isla, en Andratx y en Artà. Hoy en día afecta a un 40 por ciento de este árbol, y según relata Sandra Closa, del servicio de Sanidad Forestal, «el problema es que no hay forma de control». Ahora, mientras otras comunidades que la sufren han tirado ya la toalla, el instituto de investigación Imedea busca métodos de control de esta plaga.

 

04 Banyarriquer Tres cuartas partes del encinar, afectado

El escarabajo banyarriquer (Cerambyx cerdo) es el principal enemigo del servicio de Sanidad Forestal. Así lo describe la técnica del área Sandra Closa. «Sería el que más destacaría por sus efectos. «Las encinas ya son muy viejas, están muy débiles, y la proporción a las que afecta ya son muy altas», explica Closa. Este insecto perforador ha pasado en los últimos años de afectar a una cuarta parte de las encinas de Mallorca, a tres cuartas partes. La zona en la que más extendida está su presencia es en la Serra de Tramuntana, donde los encinares son gran parte del paisaje. La larva del escarabajo puede estar años dentro de la alzina hasta que empieza a perforarlo. Desde 2014, la conselleria coloca trampas para reducir la población de esta especie, con escaso éxito en vista de la evolución de los últimos años.

 

05 Avispa asiática: Primer nido fuera del valle de Sóller

La avispa asiática (Vespa velutina) es la especie invasora mejor controlada. De hecho, todo el mundo mira con atención el férreo marcaje que investigadores y administración están haciendo de un insecto absolutamente descontrolado en otras comunidades. Mientras en la península sus nidos se cuentan por miles, aquí no llegan a la veintena. Balears se ha puesto como meta ser la primera región en erradicar esta avispadevoradora de las abejas locales. Sin embargo, el valle de Sóller que había servido de jaula a esta especie hasta la fecha se ha visto superado y ya se ha detectado está avispa, con un tamaño que dobla a las autóctonas, en la vertiente que da a Bunyola de la sierra de Alfàbia. Amenaza con reducir la producción de miel en un treinta por ciento y cambiar la fauna entomológica de la isla. La colaboración de apicultores y ciudadanos en su detección, la clave para esta batalla con vislumbre de victoria.

 

06 Serpiente de herradura: 102 ejemplares este año

La serpiente de herradura (Hemorrhois hippocrepis) ha proliferado este año en el campo mallorquín. El problema es menor que en las Pitiüsas, donde supera el millar, pero los ayuntamientos del centro de la isla ya se han puesto manos a la obra para evitar la libre circulación de una serpiente ajena a la isla. De momento en Mallorca se han contabilizado en los últimos meses 102, cuando en años anteriores se encontraban a cuenta gotas, toda vez que están presentes desde 2003. Se encuentran en los municipios del centro de la isla. Jorge Moreno, del servicio de Protección de Especies, recuerda que serpientes siempre ha habido en la isla, si bien la de herradura no es una de ellas. Puede medir hasta metro y medio, no son venenosas y su mordedura es parecida a la de un gato, explica el técnico. Aunque asegura que no hay razón para alarmarse más que por la presencia de una rata, avisa que su erradicación es imposible.

 

07 Xylella fastidiosa: La batalla más importante, perdida

Transportada por los vectores Philaenus espumarius y Neophilaenus campestris, esta mortal bacteria se propaga por la isla. Centra ahora las actuaciones de Sanidad Vegetal porque lo poco que se sabe de ella es aterrador para el campo balear: afecta a más de 400 especies, entre ellas algunas tan importantes para el sector agrario mallorquín como los almendros, con quien se está cebando especialmente, los olivos o la viña. Su capacidad para recombinarse genéticamente se traduce en dos subespecies en Mallorca y otra en Eivissa. La bacteria colapsa los vasos de los árbolesplantas arbustos, sentenciándolos. No existen por ahora tratamientos y está expandida por toda la isla. El Govern tiene confirmados 341 casos, pero prometen ser muchos más. La Comisión Europea da la batalla por perdida en la isla. El campo se resigna a convivir con ella.

 

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