Plagas de mosquitos en la Rambla y las quejas de los residentes

Plagas de mosquitos en la Rambla y las quejas de los residentes

Dos semanas de sol preveraniego han sido suficientes para que aparezcan los primeros mosquitos en el cauce de la Rambla de Benipila y, con ello, las quejas de los vecinos que viven en los edificios de la calle Doctor Luis Calandre, que la bordea. «Sobre todo por las noches, no podemos abrir las ventanas, porque se van colando estos bichos que se quedan y resultan muy molestos», explicó un residente en la zona.

El concejal de Sanidad en funciones, Nicolás Ángel Bernal, confesó que era la primera noticia que tenía este año sobre esta circunstancia. Pero todo tiene arreglo. «En estas fechas previas al verano, la empresa contratada por el Ayuntamiento siempre hace varias campañas de fumigación, según las necesidades que detecta. Y la Rambla de Benipila es una de las zonas en las que se hace con especial cuidado», aseguró.

Los mosquitos, más abundantes cuando hay varios días de sol después de las lluvias, han encontrado en la rambla un lugar en el que proliferar. Se trata de los pozos de desagüe del tanque de tormentas construido entre el puente del Cartagonova y el centro de salud del Barrio de la Concepción. Estos pozos son los que permiten desembalsar el agua que se acumula en ese depósito y recogida en toda esa zona, desde La Conciliación hasta la calle Peroniño. Pero su fondo queda por debajo del cauce y por eso, mantiene un par de palmos de aguas estancadas que ayer ya estaban bastante turbias.

Encima está la pasarela rosa que conduce a los usuarios del centro de salud del Barrio de la Concepción hasta sus instalaciones. «Deberían haber ideado algún mecanismo para vaciar esos cuatro pozos. Si no, todos los veranos nos pasará lo mismo. En cuanto haca calor aparecen los mosquitos, indicó otro vecino.

El funcionamiento de este tanque de tormentas ya fue motivo de quejas hace tres años, cuando fue sometido a unas pruebas iniciales para comprobar su capacidad de almacenamiento y evacuación. Lanzó miles de litros de agua a la rambla, que fluían cansinamente y que la convirtieron en un largo y estrecho manglar, desde el Barrio de la Concepción hasta las instalaciones de Navantia. Las quejas obligaron a hacer una serie de campañas especiales de fumigación. Los vecinos piden que ahora se haga algo parecido y que, si se puede, se encuentre una solución a este estancamiento de las aguas.

Fuente: laverdad.es

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